La historia de Daniel Ferrero, un marplatense que supo reconstruirse. Jugaba en las inferiores del club portuense cuando en un intento de asalto lo balearon y ya no volvió a caminar. Tras varios años encontró en el ciclismo adaptado su nueva motivación en el deporte. Viene de participar en los 100 K del Volcán Lanín y tiene varios objetivos para este 2020.
La historia de Daniel Ferrero es una de esas que sirven como ejemplo de superación. Este marplatense que soñaba con ser el “9” de Aldosivi en primera, de la noche a la mañana vio truncada esa ilusión por el inhumano accionar de delincuentes y tuvo que reconstruirse. No le fue fácil obviamente.
Estaba a punto de cumplir 17 años -en febrero de 2004- cuando en un intento de asalto le dispararon cerca del puerto marplatense y la bala quedó alojada en la médula, lo que hizo que hasta el día de hoy no pueda volver a caminar.
Daniel jugaba como delantero en Aldosivi desde los 9 años y cuando despertó en el hospital (donde soportó además una prolongada internación) entendió que ya no podía volver a hacerlo.
Sin embargo, tras el duro momento, entendió que no quería bajar los brazos. Que había que seguir adelante. Durante algunos años no encontró otro deporte que lo completara. Se dedicó al gimnasio y al crossfit. Casi por casualidad conoció al empresario y mediático Ricardo Fort, quien empatizó con su historia y lo ayudó con la cobertura de un tratamiento costoso (que incluyó más de 40 días en China).
Hasta que hace tres años Daniel encontró en el handcycle (ciclismo adaptado) el deporte que estaba esperando.
“Yo tuve el accidente en 2004 y me llevó un tiempo encontrar un deporte que me gustara. Si bien había jugado al fútbol siempre, no encontraba un deporte que me llenara. Siempre con el tema de gimnasio o crossfit pero no podía engancharme con ningún deporte hasta que conocí el ciclismo adaptado o handcycle”, relata el propio Daniel en diálogo con LA CAPITAL, a días de regresar de una maravillosa en los los 100 K del Gran Fondo Volcán Lanín, en Junín de los Andes.
“Me gustaba sentir el viento en la cara, la adrenalina que te da andar en bici por la calle. Tuve una carrera en Gualeguay hace unos tres años que significó mi primera experiencia. Y después me fui anotando en todos los maratones que se fueron haciendo acá. Siempre y cuando me dejaran participar porque recién el año pasado pude participar del de Mar del Plata a través de un contacto que me hicieron. No podía entrar en la premiación. Igual yo lo que pedía era que, ya que cortaban la calle por el maratón, me dejaran participar para poder mejorar mis tiempos. Antes me negaban esa posibilidad porque lo mío sería ciclismo”, agregó a la hora de contar cómo llegó a la disciplina.
“El año pasado pude correr los 42 y fue una muy buena experiencia. Tardé dos horas y diez minutos y de ahí, me llamaron de Junín de los Andes en esta prueba de 100 kilómetros que se hizo la semana pasada. Me preparé desde noviembre, con entrenamiento, gimnasio, alimentación y gracias a Dios, con la ayuda y colaboración de algunas personas pude viajar a participar del los 100 K del Gran Fondo Volcán Lanín en Junín de los Andes”, señaló.
“Podías hacer 40 o 100 kilómetros. Yo me anoté en el recorrido más largo, que incluía muchas subidas y bajadas, pendientes que te llevaban a casi mil metros de altura. Fue muy dura por la falta de aire y las pendientes que había. Más de una vez se me pasó por la cabeza abandonar pero tenía el apoyo de mi señora, de mi mamá y su marido, que me alentaban y arengaban para que pueda llegar. Tardé cinco horas y cincuenta minutos y terminé muy contento. Fue muy emocionante porque realmente hubo momentos en los que no sabía si llegaba“, confió todavía “tocado” por la enorme experiencia.
Pero 2020 tiene más objetivos por delante para Daniel.
“Ahora me invitaron a la prueba de los Siete Lagos que se hace en noviembre. Es una prueba de 120 kilómetros así que me prepararé para eso. En abril tengo un duatlón que hace la gente de Vida Amateur en Mar del Plata. La idea es correr con una silla que tengo que conseguir y participar del ciclismo con la que ya tengo. Y en diciembre me gustaría poder participar de un triatlón”. Claro que para poder viajar y conseguir la silla siempre se necesitan apoyos, sponsors.
De todos modos, lejos de quejarse por las carencias que puede haber Daniel prefiere agradecer.
“Quiero agradecer al diputado nacional Carlos Cisneros, de la Asociación Bancaria, quien me ayudó para que pueda viajar. A Vida Amateur, Saenz Bicicletas, Fontfreda Hermanos, Fit Gym, Fitness Shop y a Aldosivi que siempre está colaborando”, detalla a la hora de los agradecimientos Daniel, quien además reparte sus días entre su trabajo en OSSE y su ayuda permanente en el departamento de prensa del club portuense.
“Y también siempre le doy gracias a Dios por cómo me ayudó para salir adelante y todo lo que me toca vivir hoy”, remarcó.
Ferrero supo dejar atrás uno de los peores momentos para reformatearse y buscarle un nuevo sentido a su vida. Hace un tiempo encontró en el handcycle el deporte que buscó desde que le sacaron el fútbol. Y renovó sus sueños.
Participar de un triatlón y que lo dejen seguir interviniendo de las pruebas más importantes en su ciudad y frente al mar son las metas fijadas para este 2020 tras la maravillosa experiencia vivida en el volcán Lanín.